- Oh, lo hiciste todo tú mismo. ¿No comprendes, hombre instruido, que yo te gusto y resulto importante porque soy como una especie de espejo, porque dentro de mí hay algo que te da respuestas y te entiende? En realidad todos los seres humanos deberían ser este tipo de espejos el uno para el otro y responderse y completarse de esa manera. Pero los bichos raros como tú son extraños y se pierden con facilidad en un espejismo, de manera que ya no pueden ver ni leer nada en los ojos de otras personas y todo deja de interesarles. Por eso, si uno de estos bichos raros de pronto se vuelve a encontrar con una cara que lo mira de verdad, en la que percibe algo similar a una respuesta y un parentesco, sí, entonces está claro que se alegra-
(Personaje de Hermine, en “El Lobo Estepario”, de Hermann Hesse)
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