sábado, 27 de noviembre de 2010

EL DELICADO MUNDO DE LOS SUEÑOS

Ayer a la noche ví una película que se llama en español “Sólo un sueño”, en donde actúan Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Los mismos que actuaron para la película de Titanic.
En ese film se plantea una situación similar al de la película de “La Sociedad de los poetas muertos”, en donde en esta última un chico que estaba estudiando para ir a la universidad quería  elegir al teatro como carrera y con su padre negando esa nueva pasión, lo había intentado igual porque sabía que existía la posibilidad de perder ese sueño pero lo logró y con la esperanza de que su padre recapacitara sobre su estado actual,  le llegó todo lo contrario, ya que  vez de alentarlo a continuar con su obra le recomendó que mejor se dedicara a estudiar medicina porque era lo que  le correspondía, entonces negando esa nueva realidad se mató.
Así pasó lo mismo con esta película, pero en otra escena, en donde una familia americana cuyos vecinos que la consideraban perfecta no era tan perfecta como pensaban, por lo menos para la esposa, madre de dos hijos, ama de casa y aspirante a actriz cuyos fracasos en el teatro la llevaron a reflexionar sobre su vida. Se dio cuenta de que algo le faltaba y era la pasión. Entonces invita a su marido a vivir en París, un sueño que tenían cuando eran jóvenes, como para despertar a ese conmovedor mundo al que tanto los inspiraba vivir y que se había dormido junto al matrimonio. Al principio el muchacho treintañero se había mostrado reacio a la idea pero después la aceptó y empezaron a planificar el viaje, comprando los pasajes, preparando la mudanza y avisando a sus  vecinos, y en eso estaban cuando el marido se entera de una gran posibilidad de ascender en su trabajo y ella de quedarse embarazada por tercera vez, entonces se frustran los planes, pero sin bajar los brazos ella insiste con el viaje  a París y que tuvieran al bebé por allá, pero su marido esta vez lo pensó  y le negó la oportunidad decidiendo que lo mejor era quedarse porque era lo que correspondía. Entonces la esperanza que tenía se muere junto a ella con su aborto intencional.
Y todo eso me lleva a la conclusión de que, una vez que se tiene la expectativa de que algún sueño puede llegarse a cumplir, no se debe interrumpir en el logro de la misma o la persona que lo planeaba se puede quedar sin ningún motivo por el cual vivir, en nombre del deber. Es como tirar un nido de un árbol sin antes poner los huevos. ¿Dónde quedarían entonces los huevos? Rotos en el suelo igual que sus esperanzas.
Así que cuando veamos a una persona con ganas de volar, no le cortemos las alas sino que hay que darles  una oportunidad, aunque no sean nuestros sueños, porque seguramente harían lo mismo por nosotros. En el amor todo se puede pero hay que cuidar las dosis con el cual el amor se entrega.
¿Entonces cual es la medida para poder amar sin mezclarse con ese amor tan propio? Yo creo que sería mediante un equilibrio en donde ambas partes se entregan por igual, no renunciando a nada y compartiendo todo.  Pero aun  así  se refleja el  ser o no ser de Shakespeare pero......
 ¿Cuál es la cuestión?

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